Para celebrar que Christian Granero ha acabado otro de sus excelentes dibujos, he pensado que, en lugar de poneros simplemente la ilustración en solitario, sería mejor acompañarla del conjuro que muestra. Además, los conjuros han demostrado ser populares hasta ahora, así que supongo que así lo disfrutaréis mejor. Os amino a dejar vuestras opiniones, tanto sobre el conjuro como la ilustración, en los comentarios.
Nivel: Brujería 3.
Efecto: Al lanzar con éxito Fuerza Pura de los Sentimientos el brujo se nutre del amor que profesaba por aquellos a los que acaba de sacrificar para aumentar su propio poder. Ha decidido renunciar a todo lo que le hacía humano para convertirse en un ser muy superior al que era antes.
El brujo incrementa el valor de sus seis características de forma permanente en tantos puntos como el valor de la característica correspondiente del sacrificado. Si se sacrifican varios individuos, su total se incrementará de nuevo por cada uno. Además, el máximo alcanzable por el brujo en ellas también se incrementa en este mismo número.
Por ejemplo, si un brujo de Fortaleza 2 e Ingenio 6 sacrifica a dos víctimas, una de Fortaleza e Ingenio 3 y otra de Fortaleza e Ingenio 4, su nuevo total de Fortaleza será de 9 (2+3+4), con un nuevo máximo de 13 (6+3+4), y su nuevo total de Ingenio será de 13 (6+3+4), con un nuevo máximo de 14 (7+3+4). Y lo mismo para el resto de sus características: Destreza, Percepción, Carisma y Voluntad.
Además, la esperanza de vida del brujo se incrementa en la suma de los años que les quedaran por vivir a las víctimas de no haber sido sacrificadas.
Después de lanzar este conjuro las almas de las víctimas se habrán perdido para siempre. No están en el Irkalla, la tierra de los muertos, ni se les puede hacer ninguna pregunta a través del conjuro Voz de los Muertos. A partir de ese instante y para siempre serán prisioneras de la misteriosa entidad a la que han sido entregadas.
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Lanzamiento: Antes de poder lanzar este conjuro el brujo necesita tantas dosis del potente veneno conocido como Nehtu (“tranquilidad” en Akkadio) como víctimas desee sacrificar. Este veneno sólo puede ser preparado por los alquimistas de mayor habilidad, por lo que aquel que lo elabore deberá poseer la profesión Alquimista a nivel maestro. Los ingredientes son muy caros y tremendamente difíciles de conseguir. Necesitará la savia de un árbol salvaje del bosque Gurushalmu, polvo de hierro negro de un meteorito, la pluma de un Imdugud y un puñado de arena de las dunas que cantan.
Una vez tenga el veneno, el brujo deberá invitar a tantas personas como desee, que serán las que acabarán sacrificadas, a compartir una cena en su propio hogar. El brujo tiene que sentir auténtico amor por todas y cada una de las víctimas. Puede ser amor romántico, fraternal, paterno-filial o de cualquier otro tipo, pero tiene que ser un sentimiento sincero y verdadero.
En esta cena no podrá estar presente nadie excepto el brujo y las víctimas, ni siquiera sirvientes o esclavos. Como parte de la misma el brujo ofrecerá a cada uno de sus comensales un pedazo de pan que contendrá el veneno. Cualquiera que consuma este pan envenenado sufrirá los efectos del preparado alquímico y en aproximadamente media hora sentirá que está paralizado por completo. La víctima no podrá mover ni un solo músculo, pero seguirá siendo perfectamente consciente de su entorno y experimentará las sensaciones de todo lo que le ocurra a su cuerpo. Es más, ni siquiera podrá cerrar los ojos. El envenenado permanecerá así hasta el momento en que muera.
El brujo debe mantener a sus víctimas en este estado durante tres días, para que la ansiedad se apodere de ellos. No es necesario, sin embargo, que les diga nada o interactúe con ellos de ninguna manera.
La noche del tercer día después del envenenamiento el brujo deberá presentarse junto a sus víctimas frente a un pequeño altar de piedra que se encuentra a dos días de viaje al este de Eshnunna. Esa noche deberá ser la del primer día del último año del ciclo de diecinueve años que rige el calendario de Akkad. El ritual no podrá realizarse en ningún otro momento.
Frente al altar se encontrará un Lamassu. Sólo si el brujo es completamente bueno o completamente malvado (y será este último caso si está decidido a llevar a cabo este conjuro) le permitirá el paso. Exactamente a medianoche el brujo dará un abrazo y un beso a cada una de sus víctimas y con un cuchillo de bronce les arrancará el corazón y lo colocará sobre el altar.
Tras colocar todos los corazones sobre el altar, el brujo deberá darse la vuelta y cerrar los ojos hasta que haya amanecido. A continuación se abrirá una brecha en la realidad justo encima del lugar del ritual, y un ser indescriptible extenderá sus extremidades y devorará las ofrendas. En ese instante el brujo sentirá cómo sus antiguos sentimientos se convierten en energía pura que revitaliza su cuerpo. También será en ese momento cuando por fin mueran las víctimas.
Si el brujo abriera los ojos y mirara a la criatura durante este proceso se volvería completamente loco, y no podría evitar quitarse la vida inmediatamente. Lo mismo le ocurriría a cualquier otro testigo del proceso.
No hay límite al número de sacrificios que pueden hacerse como parte de este conjuro, con el requisito de que el brujo sienta algún tipo de amor por ellos. Aunque el ritual podría repetirse de nuevo pasados 19 años, ningún brujo ha sido capaz de ejecutarlo más de una vez.
Aprendizaje: Sólo hay una manera de aprender Fuerza Pura de los Sentimientos; preguntar por él usando el conjuro Sabiduría de las Estrellas Oscuras. Ésta se considera una pregunta de la más alta dificultad.
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